¿VOLVER
AL PATRÓN ORO?
Hasta 1.971, el patrón oro fue el sistema que regía
el sistema monetario internacional, si bien con algunos cambios respecto a su
forma original.
Tras la I Guerra Mundial, algunos países participantes
en la contienda, imprimieron más dinero para financiar el esfuerzo bélico sin
contar con el respaldo del metal precioso, lo que se conoce como dinero
fiduciario, o dinero fiat (basado en la confianza o fe de una promesa de pago,
pero sin respaldo del metal precioso).
Próximo el fin de la II
Guerra Mundial, en la Conferencia de Bretton Woods (New Hampshire, Estados
Unidos) celebrada del 1 al 22 de Julio de 1.944, se abandonó definitivamente el
patrón oro, estableciendo en su lugar el Dólar USA como tal, buscando con ello
evitar los problemas surgidos en el periodo de entre guerras con la crisis del
29, las subidas desmesuradas de la inflación y las políticas proteccionistas.
Sin embargo, el dólar siguió siendo convertible a oro (a razón de 35 dólares la
onza) hasta 1.971.

Zoellick propone un
sistema en el que deberían seguramente estar el dólar, el euro, el yen, la
libra y el yuan chino "que avance hacia su
"internacionalización" y desemboque en una "cuenta de capital
abierta".
Ese sistema debería
también "considerar la posibilidad de utilizar el oro como punto de
referencia internacional" en cuanto a expectativas del mercado sobre
"inflación, deflación y cambios futuros de las monedas".
Aunque ha habido
llamamientos ocasionales a favor del regreso al patrón oro, la mayoría de los
responsables políticos y los expertos no lo considera aconsejable porque podría
conducir a una política monetaria excesivamente rígida que podría afectar
negativamente al crecimiento y al nivel de empleo.
El sistema de Bretton
Woods original, instituido en 1945 y gestionado por el Fondo Monetario Internacional,
se basaba en tipos de cambio fijos aunque ajustables vinculados al valor de ese
metal.
Según Zoellick,
"aunque los manuales pueden considerar el oro moneda vieja, los mercados
lo utilizan hoy como activo monetario alternativo".
Así las cosas, los países
emergentes son cada vez más críticos con la política económica norteamericana.
Las protestas de China por la irresponsable política fiscal de EEUU (que pone
en riesgo sus activos en dólares) o las de Brasil por la apreciación del real
que se produce cada vez que la Reserva Federal activa una nueva ola de
expansión monetaria, se han vuelto habituales. Pero EEUU, lejos de ejercer un
liderazgo responsable en asuntos monetarios internacionales como el que tuvo
tras la Segunda Guerra Mundial, ha entrado en este juego de confrontación y
viene acusando desde hace años a China de “jugar sucio” y no permitir una
reducción de los desequilibrios macroeconómicos globales al mantener su tipo de
cambio fijo con respecto al dólar y acumular ingentes cantidades de reservas.
El debate, aunque sea a
nivel teórico, está abierto.
Fuentes:
Fuentes:
Comentarios
Publicar un comentario