¿POR QUÉ EUROPA CONQUISTÓ E MUNDO?


Esta obra, de Philips T. Hoffman, plantea una interesante teoría para explicar el dominio territorial, político, económico y militar que Europa ha ejercido sobre el resto del mundo desde los albores de la Edad Moderna hasta el final de la Segunda Guerra Mundial y la liquidación del sistema colonial.

Para ello plantea cómo es dominio de la técnica militar basada en el uso de la pólvora, incentivado por el régimen de competencia entre los diferentes países europeos, llevaron al continente a una espiral de inversión en lo que hoy denominamos “I+D” para desarrollar esa técnica, de forma que los que más y mejor invirtieron, o en algunos casos, los que mejor aprendieron de sus propios errores y copiaron más eficientemente la tecnología de sus adversarios, se situaron en una posición privilegiada para dominar en el continente, y desde el inicio de la era de los descubrimientos en el siglo XV, hacer valer esa preminencia, estableciendo un poder casi hegemónico sobre el resto del mundo.

Europa, en origen, no fue la descubridora de la tecnología de la pólvora. Esta había sido descubierta en China y traída a occidente por los árabes a principios del siglo VIII. Tampoco era Europa el lugar más avanzado social ni culturalmente en el medievo, muy al contrario, tenía un gran subdesarrollo en comparación con el mundo árabe o con China.


Sin embargo, las circunstancias culturales, históricas y políticas, fomentaron un clima de continua competencia entre los incipientes estados que los llevó a ese continuo avance en la tecnología bélica, centrada en el uso de la pólvora, y que a la postre favoreció su primacía.
Explica como este modelo ha facilitado e impulsado la globalización económica, cultural y económica, y como sentó las bases, para llegada la tecnología adecuada (internet y los medios de transporte actuales) todo estuviese preparado.

Da razones para el establecimiento de las rutas y redes comerciales que perduran hasta hoy, de porqué el sistema político y económico europeo se ha exportado al resto de continentes, hasta el punto de que los que lo han seguido, han conseguido establecerse tras la segunda guerra mundial al mismo nivel que Europa, mientras que los que no, continúan en una posición de inferioridad en todos los planos, sólo salvada, en la mayoría de los casos, por ser poseedores de grandes fuentes de materias primas, que no obstante, son explotadas por las economías europeas y occidentales.

Comentarios

Entradas populares